¿Te has parado a pensar desde dónde tomas las decisiones en tu vida?, incluso, ¿te has preguntado si eres tú quien decide?  No somos conscientes del origen o impulso que nos hace tomar una decisión u otra en diferentes momentos de nuestra existencia. Si pensamos en decisiones pasadas y analizamos el contexto quizás podamos entenderlo y eso nos ayude a comprender nuestra situación actual. Del mismo modo, esto nos podrá ayudar a tomar nuevas decisiones desde otro lugar.

Muchas veces decimos que sí porque es «lo que toca», ni siquiera nos lo cuestionamos, es lo que demanda la sociedad en la que vivimos, por ejemplo, es el momento de casarme, o de tener hijos, o de aceptar este trabajo… Otras veces nos influyen las personas que tenemos alrededor, como nuestros padres, hermanos, pareja, amigos… En realidad, no estamos escuchando a nuestra alma, estamos en «modo mente» pensando que será lo mejor o más cómodo para todos.

Si nos surgen dudas podemos pensar: «si decido no hacer esto no les gustará, les haré daño, les defraudaré, se enfadarán conmigo» o «no seré bien vista por los demás»… así que lo más cómodo es seguir en la rueda y no plantearse nada, seguir haciendo lo que se entiende que es lo que debemos, porque así pensamos que nos querrán más.

Pero al cuestionárnoslo ya hay algo que nos dice que hay que parar y escuchar tu verdadero sentir… y la mayoría de las veces no nos atrevemos…. ¿por qué?, fundamentalmente por miedo.

El miedo y la ira suelen estar detrás de muchas de las decisiones que tomamos, por ejemplo:

Estoy muy enfada por mi situación familiar y tomo decisiones desde la ira como irme a otra ciudad, aceptar un trabajo que no me conviene, comenzar una relación sentimental para alejarme de mi familia, romper con mi pareja por motivos familiares…. pero si nos damos cuenta todo se reduce al miedo de no enfrentarnos a nosotros mismos, conocernos y hacerles ver a los demás quienes somos realmente. Sabemos que eso no va a gustar a muchos y no queremos «problemas», aunque sepamos que con ello renunciamos a nuestra fidelidad y amor a nosotros mismos.

Al final es el miedo el que está detrás de todo: Miedo a defraudar a alguien, miedo a no encajar, miedo a que no me quieran, miedo a perder una amistad, miedo a perder un trabajo… y es el GRAN MIEDO a escucharnos lo que nos hace no parar y pensar en lo que realmente somos, queremos y anhelamos.

Tenemos miedo a mostrarnos tal y como somos, porque no nos gustamos o no nos conocemos realmente… y esto nos hace crearnos un personaje perfecto que guste a todos…. nos esclavizamos.

¿Qué piensas sobre este tema? Crees que puedes estar en «modo personaje»? O eres tú realmente, ¿dónde está tu esencia? ¿te sientes libre?

DESDE BIENESTAR INTERIOR TE AYUDAMOS A VERTE, A SACAR LO MEJOR DE TI, A AMARTE Y, POR ENDE, A SER LIBRE DE ESCOGER TU CAMINO DE MANERA SANA, SIN CARGAS NI CULPAS.

¿QUIERES QUE TE AYUDEMOS?

 

¡Compárteme!